Revisión segunda semana experimento desconexión digital

Hemos llegado al ecuador de nuestro experimento de desconexión digital. 

Esta semana, como era de esperar, ha sido mucho más fácil.

Mis resultados han sido mejores que la semana anterior. Respecto al tiempo de trabajo durante de la semana he cumplido casi por completo mi objetivo: nada de navegación gratuita ni búsquedas innecesarias durante el horario de trabajo (8:00 am – 20:00 pm):

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Mi mejor resultado ha estado en la observancia del Shabbat digital en el he que prescindido casi por completo del ordenador  y otros medios digitales:

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Solo abrí el ordenador  para consultar en goople maps la dirección de un evento al que acudía esa misma mañana. Un evento organizado por una conocida youtuber con más de dos millones de seguidores, pero por ser un encuentro en tres dimensiones no cuenta como consumo digital (espero).

Cristina ha seguido en su línea y ha cumplido su compromiso. Transcribo parte de sus comentarios en relación al Miedo de Perderse Algo:

[…]  No he extrañado Twitter y YouTube entre semana tampoco me está llamando. Solo tuve un breve momento de debilidad el martes por la tarde, cuando una amiga me envió por WhatsApp el enlace de un vídeo sobre Wim Hof. Como me asombra este holandés denominado Ice Man, estuve tentada de pulsar el enlace para ver el vídeo, pero finalmente me contuve sin tener que hacer demasiado esfuerzo. Lo aplacé hasta el fin de semana. Esta mañana fui al vídeo y lo quité a los pocos segundos porque ya lo había visto.

Esto me ha hecho darme cuenta de la sensación de urgencia que generan en nosotros las alertas y notificaciones de redes sociales y todo tipo de plataformas digitales en general. ¿De verdad es todo tan importante como parece? Casi nunca lo es. Pero ahora cobro conciencia de que he sido una presa fácil para el FOMO (fear of missing out, miedo a perdérselo). Mi calidad de vida ha mejorado desde que desactivé todas las notificaciones. Más atención, más paz.

Verónica ha mantenido su compromiso también esta semana y sorprendentemente no ha echado demasiado de menos los contenidos de Facebook o Instagram:

[…] ¡Hola a todos! Esta segunda semana se ha presentado más o menos como la anterior. No he echado realmente de menos los contenidos que me ofrecían Facebook o Instagram, y bueno, al no tener las cuentas, pues no he tenido tentaciones. Sí que he tenido algún momento de ansiedad y de bajón esta semana en el que he acabado echando mano del móvil o del ordenador, para calmarme en cierto modo, como si fueran mi chupete. Estaba pendiente además de que me llegara un correo y he estado entrando al correo con bastante frecuencia. Pero bueno, eran circunstancias especiales.

Así que me encuentro con el problema que se comentaba la semana pasada, de no tener claras otras opciones para no tirar por inercia hacia la pantalla brillante.

Me resulta interesante y sintomática la función de escape, de tranquilizador, de «chupete» que tienen los medios digitales; su ubicuidad e inmediatez son las que hacen tan tentadores y adictivos estos medios.

Son medios diseñados para succionar nuestra atención que apelan a nuestros temores, ansiedades y deseos de calor humano. A corto plazo, recibimos la ilusión de estar conectados  y distraemos nuestras mentes de nuestros problemas más acuciantes, pero su función es meramente lenitiva: calman nuestra soledad sin curarla y terminamos retornando a la realidad cotidiana con los mismos problemas, pero más atontados.

Como contrapunto a los en general buenos resultados de los tres anteriores, pongo esta semana a Marc, que parece haber descarrilado en sus buenas intenciones:

La estoy liando parda con el experimento este de desconexión social. No lo estoy llevando a cabo e incluso me olvido de él. Es como si ya no creyera que puedo hacer algo.

Sentirse sin control sobre una situación no es agradable, y como más tiempo pasas con esta sensación, peor, porque te sientes como el elefante encadenado, y muchos momentos durante el día son un recordatorio de lo inútil que eres porque no puedes llevar a cabo aquello que te habías propuesto.

Esta semana (si todos los resultados de los exámenes son positivos) es mi ultimo examen del año escolar (yuhu!) pero me esta costando la vida estudiar. Es palo y simple procrastinación, pero estando distraído, tener el teléfono por ahí pues no ayuda.

El sentimiento de “tendría que estar estudiando” pero “hoy he mirado 59 vídeos en Youtube” es horrible. ¿Debería ser más responsable?

Marc ha tomado una decisión cuasi-heroica para la  próxima semana:

Voy a usar el teléfono móvil (un flipphone) y usar sólo el smartphone media hora durante el día. Que uno tiene que ponerse serio y empezar a hacer cosas.

Odio (pero no tanto) recalcar que yo ya había recomendado esta opción de eliminar el smarthpone como la mejor, pero está claro que nadie escarmienta en cabeza ajena.  En todo caso, me gustará saber la próxima semana si Marc fue capaz de cumplir su decisión de consultar el smartphone solo media hora al día (mejor sería media hora a la semana o eliminar el smartphone completamente) .


Estoy contento en general por la evolución del experimento en estas dos primeras semanas,  pero he de decir que me he sorprendido reaccionando con inusitado desprecio y extraña tristeza ante la forma en que la gente usa los medios digitales.

Ver, por ejemplo, mesas con cinco personas, presuntamente reunidas para conversar,  donde tres de ellas consultan sus teléfonos y una sola escucha, me genera ahora un visible desprecio que tengo dificultades para ocultar.

La tristeza, y no el desprecio, me la generan otro tipo de escenas cotidianas donde los niños son los protagonistas.

Pablo Matilla comentaba esta semana:

[…] Otra curiosidad, esta mañana, en la radio, han dicho que el primer contacto que tienen los niños con la pornografía es a la edad de 8 años, y que con 14 ya la consumen con regularidad en sus teléfonos móviles. Me pregunto cuántos serán los niños así que ahora ya son adultos y consideran que tienen un problema. Las implicaciones son muchas.

Lo que tengo seguro es que los niños no van a salir indemnes de su contacto temprano con los teléfonos inteligentes y redes sociales.  Teniendo en cuenta que en el mundo occidental más del 50% de los niños de 10 años ya tienen un teléfono,  las perspectivas no son halagüeñas.

 

Serie Experimento desconexión digital:

4 comentarios sobre “Revisión segunda semana experimento desconexión digital

  1. Te permito odiarme, pero sólo un poquito, querido HM :P.

    Para mi es un poco impráctico tener que usar un flipphone, y por eso me opuse en su momento. Respeto al smartphone, no puedo renunciar a mi uso diario en mis circunstancias actuales. Aunque estoy seguro que esta semana será mucho más productiva que la anterior si lo uso 30 minutos al día (o menos!). Te lo aseguro.

    Tendrán noticias mías, a ver si soy yo el que esta semana da la nota positiva 🙂

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